“¿Dónde está Dios cuando más lo necesito? Una guía para encontrar la certeza de su presencia divina”
¿Dónde está Dios cuando más lo necesito?
La experiencia de reconocer la presencia divina o de sentir que Dios no está presente en nuestras vidas es algo que todos hemos experimentado en algún momento. Es natural sentirse desanimado cuando las cosas no salen como esperamos, pero como católicos, debemos recordar que Dios siempre está con nosotros, incluso en los momentos más difíciles.
La fe nos ayuda a superar los momentos más difíciles
En la Biblia, encontramos muchas historias de personas que experimentaron momentos de dolor y sufrimiento, pero que siempre confiaron en la presencia de Dios. Por ejemplo, en el Salmo 23, el salmista escribe: “Aunque camine por el valle de las sombras de la muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo” (Salmo 23,4). Esta poderosa declaración nos recuerda que incluso en los momentos más oscuros, Dios está con nosotros y nos protege.
Además, en la carta a los Filipenses, el apóstol Pablo nos recuerda que podemos encontrar fortaleza en Dios en todo momento. Él escribe: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4,13). Esta afirmación nos recuerda que, a través de nuestra fe en Dios, podemos superar cualquier desafío que se nos presente.
Es importante recordar que, aunque a veces no podamos sentir la presencia de Dios, esto no significa que no esté con nosotros. Dios está siempre presente, incluso en los momentos más difíciles, y nunca nos abandona. En la carta a los Romanos, Pablo nos recuerda: “Porque estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 8,38-39).
En fin, aunque a veces podemos sentir que Dios no está presente en nuestras vidas, como cristianos, debemos recordar que Dios siempre está con nosotros, incluso en los momentos más difíciles. A través de la lectura de las Escrituras y la oración, podemos encontrar la fortaleza y la esperanza que necesitamos para superar cualquier desafío que se nos presente. Recordemos siempre las palabras del salmista en el Salmo 46,1:
“Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, una ayuda siempre presente en los problemas”.